El niño mayor

El niño soñaba con ser mayor. Y ahora que han pasado los años, tiene problemas de niño mayor.

Le agobia el alquiler y su contrato laboral. El seguro del coche. Está en el acantilado de los 30.

Valora más la complacencia y la comodidad. El plan de día. El hotel frente al hostal. El alcohol caro. El AVE a conducir.

Ya no sueña con ser futbolista, porque estaría en la plenitud de esa carrera. Ahora prefiere que el partido con los amigos de la liguilla del barrio sea el domingo por la mañana en lugar de por la tarde.

– Así el sábado por la noche no no se nos va tanto de las manos – defiende en el grupo de los amigotes.

Ese mismo grupo de amigotes tiene un gemelo digital en forma de grupo de WhatsApp, con nombres de batalla tan originales como Alcohólicos, Drink Team o sucedáneos. Un remanente de una época pasada. Tenían antes 20 participantes, y sigue de 20 participantes, pero de 3 o 4 no saben nada. Sus novias les han abducido. Ya nada es lo mismo.

Unos van al banco a pedir hipotecas. Otros viven acojonados de cuándo será el siguiente anunciará que se casa. El subgrupo secreto de cenitas de parejas – Para que nuestras novias se vayan haciendo amigas.

El pelo. ¿Quién será el siguiente? Política. Curro.

¿Qué depara la vida? Aburrimiento. Empieza a ver la felicidad en lo monótono y rutinario. Se vuelve maniático por momentos. Hibernar y Netflix. Cenamos y a casa.


Pues no joder. De eso nada. ¡No te rindas! ¡No te sometas! Llama a tus amigos al telefonillo para que bajen a jugar.

Anticípate a los escollos del plan improvisado y reserva. Investiga Madrid. Explora España. Mil sitios de copas. Bibliotecas enteras de libros por conocer y leer en viajes improvisados. Lee en tu morning commute. Escucha música en la ducha.

Museos perfectos para el otoño. Teatros para el invierno. Anda por la calle sin rumbo prefijado. Canta. Silba. Saluda. Salta.

Haz deporte de lunes a viernes. Nada motiva tanto entre semana como exhalar vaho bajo el foco de la cancha por la noche. Mímate. Aprende un nuevo idioma. Día del espectador.

Mejora continua entre semana y autodestrucción para terminarla.

Planea las vacaciones. Compromiso en los planes con pacto de sangre y juramento de escupitajo. Vuelta al «no hay cojones». Soluciona el mundo en el bar. Levantemos la copa todos juntos y gritemos: You ain’t ever gonna burn my heart out

Irradia luz. Se mala influencia. Pervierte al prójimo.

Di que si a todo. Gana al tiempo. Vence al tedio. Revolución personal diaria.

Como dice este poema:

No claudiques. «Persiste en el error de no rendirte nunca.»

Hazlo por ti, pero ya veras como es contagioso.




Facebook: AQUÍ 

Spotify: AQUÍ

vivirmatablog@gmail.com

 

Estándar

Comentarios (piensa luego existe):

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.